La idea de encontrar un PMS que sea «bueno, bonito y barato» se basa en la creencia de que es posible obtener una solución tecnológica de alta calidad, con una interfaz atractiva y a un coste mínimo. Sin embargo, esta combinación es prácticamente imposible debido a la naturaleza compleja y robusta de los sistemas de gestión que necesita un alojamiento. A continuación, explicamos las tres cualidades.

  • Calidad y funcionalidad: el aspecto “bueno”

Hablar de que un PMS sea bueno implica que el sistema es fuerte, confiable y repleto de funcionalidades esenciales para la gestión hotelera. Esto incluye capacidades avanzadas de reservas, gestión de habitaciones, integración con OTAs, herramientas de revenue management, y análisis de datos, entre otros. Desarrollar y mantener estas características requiere una inversión significativa en tecnología y talento, lo que inevitablemente se refleja en el coste del sistema.

  • Diseño y usabilidad: el atributo “bonito”

Un PMS bonito no solo debe contar con una interfaz visualmente atractiva, sino también tiene que ser intuitivo y fácil de usar. Crear una interfaz de usuario que cumpla con estos estándares requiere una inversión significativa en investigación y desarrollo, pruebas con usuarios, y diseño de experiencia de usuario. Un sistema estéticamente atractiva, funcional y eficiente, añade otra capa de costes al desarrollo del PMS.

  • Precio: la realidad del “barato”

Cuando decimos que un PMS es económico implica que el coste de adquisición y mantenimiento de la solución para el hotel es mínimo. Sin embargo, reducir los costes generalmente significa sacrificar calidad o funcionalidad. Los sistemas más económicos a menudo carecen de las características avanzadas que necesitan los hoteles modernos, o pueden no recibir el mismo nivel de soporte y actualizaciones continuas.

El valor de una inversión adecuada para tu propiedad

Invertir en un PMS de alta calidad para tu hotel, aunque tenga un precio más elevado inicialmente, ofrece un retorno de inversión mayor a largo plazo. Tu establecimiento necesita un sistema bien desarrollado y diseñado para mejorar la eficiencia operativa, reducir errores y aumentar la satisfacción del huésped. Además, debe proporcionar herramientas avanzadas para la gestión de ingresos y para la toma de decisiones estratégicas. La clave principal está en el valor que el sistema aporta a largo plazo al hotelero, en lugar de centrarse únicamente en el precio inicial.

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